A todos nos ha pasado alguna vez el tener que pedir permiso en el trabajo para acudir a una consulta o revisión médica; el Estatuto de los Trabajadores no contempla esta situación como uno de los permisos retribuidos del art. 37. 3, de forma que si el Convenio Colectivo que resulte de aplicación no contempla la posibilidad expresamente podríamos concluir afirmando que es un permiso no retribuido.

No obstante, como decimos, los permisos pueden ser objeto de mejoras por el Convenio correspondiente, que establecerá pautas relativas al alcance de los permisos y las necesidades de justificación de los mismos; en caso que no haya disposición al respecto en el convenio y tampoco se haya pactado expresamente en el contrato de trabajo lo tenemos que considerar como un permiso no retribuido y, en consecuencia, el trabajador deberá avisar a la empresa que va a ausentarse del trabajo con motivo de la cita médica (para que en ningún caso se pueda considerar un abandono de trabajo) y estará obligado a compensar las horas de ausencia con más horas de trabajo, si son días con días de vacaciones o asuntos propios o, en última instancia, consentir que se le aplique en nómina el oportuno descuento.

Cuestión muy distinta es que tengamos que acompañar a nuestro hijo menor de edad a una consulta o revisión médica: en ese caso lo más usual es que en el propio Convenio esté incluido como mejora, con objeto de favorecer la conciliación de la vida familiar con la actividad laboral, pero si no es así igualmente se puede encuadrar como un “deber inexcusable, de carácter público y personal” que tienen todos los padres en cuanto a la protección de la salud de sus hijos se refiere y que sí supone un supuesto de permiso retribuido según el art. 37.3. del Estatuto de los Trabajadores.

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